19 marzo 2008

Las viudas de Benarés

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Aunque la práctica del sati ha sido abolida y se ha convertido en algo completamente inusual en India, las viudas continúan siendo cruelmente estigmatizadas.
Mientras que para los hombres viudos es sencillo volverse a casar, las mujeres lo tienen prácticamente imposible, especialmente si tienen hijos (algo habitual); mientras que un hombre mantiene las propiedades tras la muerte de su esposa, una viuda es obligada a volver a casa de sus padres y perder todos los derechos. La discriminación es cultural, social, económica y emocional.

Foto- Manpreet Romana-AFP-GettyEl rechazo social las obliga a identificarse de por vida con saris completamente blancos, y en el momento de enviudar les rapan el pelo y le cambian la señal que marcaba su frente. Su sola presencia es considerada un mal augurio y se cree que sólo su sombra es capaz de provocar los más terribles designios si pasa sobre una mujer casada.
Para los más fundamentalistas de la tradición y la religión hindú, el valor de la mujer lo aporta su papel de madre, esposa o hija. No es un valor intrínseco sino asociado.

Por eso las viudas han aprendido a vivir entre sombras, invisibles. La directora Deepa Metha recreó esta situación en la maravillosa película Agua, y la oposición que encontraron en Varanasi por parte de los fundamentalistas hindúes (Hindutva) les obligó a marcharse con todo el equipo.

Y es que se calcula que sólo en Varanasi (Benarés) hay 100.000 viudas esperando la muerte. Morir en Varanasi significa ganar el paraíso y librarse automáticamente del ciclo de vida, muerte y reencarnación.
Cien mil, de las aproximadamente 33 millones en toda India.
Ellas malviven aquí, en la “ciudad de la Luz”, mendigando en las calles, ofreciéndose al Ganges cada día y residiendo en centros especiales para viudas donde aprenden a tejer o bordar y se les orienta para obtener cierta independencia económica, se les da de comer y donde, juntas, intentan curar sus heridas.
Son un borrón enorme en la conciencia de un país que lleva décadas luchando por eliminar estas expresiones culturales que vulneran claramente los derechos humanos.


Foto -GettyRecomendado:
- Reportaje fotográfico en WashingtonPost
- Reportaje fotográfico en TheGuardian
- Una vez enviudada, dos veces despreciada (en Indiga.org)
- Estudio sobre la situación de las viudas en Vrindavan y Varanasi (en inglés)
- Recursos y artículos sobre “La mujer en India” (en inglés)


Fotos: Manpreet Romana/AFP/Getty


Abrazos desde Varanasi (Benarés)

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15 marzo 2008

El sati

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El 4 de septiembre de 1987, Roop Kanwar se engalanó de nuevo con su traje de bodas, cuidando todos los detalles. Poco después, entre la multitud, consiguió burlar a la policía y arrojarse a las llamas de la pira funeraria en la que yacía su marido. Tenía 18 años.

Ocurría en Deorala, Rajasthan (India). El acontecimiento provocó al mismo tiempo admiración, reverencia y vergüenza en un país que abolió la práctica del sati en 1829 y en otras leyes sucesivas a lo largo del 1900, pero que incluye modelos y referencias sobre ello en sus libros sagrados. En un país cuyos líderes políticos y religiosos a veces se muestran ambivalentes sobre el tema, y donde algunos lo defienden como una costumbre y el “derecho religioso” de las esposas a elegir su destino cuando su marido fallece.
Y es que “sati” se traduce como “buena mujer” y la creencia dice que las mujeres que lo practican adquieren la divinidad.

1885 - The Story Of Baptist Missions In Foreign LandsEl suicidio ritual en culturas que creen en la reencarnación, adquiere un significado distinto. Pero los tiempos cambian y ya entonces casi toda la prensa lo notició como un hecho bárbaro y terrible y miles de mujeres se manifestaron contra esta práctica. También hubo quien comentó que fue inducida a hacerlo, por presión social, por miedo a la represalia y a la exclusión (su suegro y su cuñado fueron acusados de obligarla a hacerlo, y absueltos en 1996). Incluso hubo quien le quitó importancia, comentando que los suicidios por amor son muy frecuentes en cualquier lugar del mundo.

Roop Kanwar fue la punta del iceberg, la portada que destapó la continuidad de una práctica muy perseguida pero que sigue existiendo en todo el subcontinente, aunque a mucha menor escala que en siglos anteriores. Sin ir más lejos, hace dos años se conocieron otros dos casos.
Es más, los lugares donde las esposas se inmolaron se convierten en puntos de peregrinación donde la gente acude a dejar sus ofrendas.

Eran mujeres invisibles, cuyo valor social dependía de los hombres y que pasaron a ser eternas.

Maldita eternidad.


Recomendado:
- The Sati System (artículos y recursos sobre el "sati", en inglés)



Abrazos, desde Rajasthan

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07 marzo 2008

Sonagachi

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El Día Internacional de la Mujer reivindica la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, la liberalización y la emancipación femenina y la lucha contra la violencia y la discriminación de género. Esta lucha es uno de los desafíos más urgentes de nuestro tiempo, en la medida en que vulnera los derechos de la mitad de la población del planeta. Por eso, colectivos de todo el mundo aprovechan este día para celebrar y también para reclamar sus derechos.

Pero quizás no sea así en Sonagachi…

Sonagachi- Foto: WikipediaSe calcula que en Sonagachi trabajan más de diez mil mujeres, muchas de ellas en situación de semiesclavitud.

Es el “distrito rojo” de Calcuta, con una historia de más de 300 años, el más grande de Asia, en esta ciudad imposible de 16 millones de habitantes y que fuera capital del imperio británico de las Indias.

En sus calles sucias y contaminadas se olvidan los sueños y se rompe la esperanza, con cada cruce de miradas. Aquí, en cada esquina se alquilan cuchitriles y en sus centenares de burdeles las rupias y los dólares engordan a costa de la dignidad humana.

Sonagachi, también conocido como “Golden Tree”, es uno de esos rincones donde las ONG combaten casi a solas contra el tráfico de personas, las mafias o la proliferación de enfermedades de transmisión sexual. Donde se trata de empoderar a las mujeres para prevenir abusos, reclamar mejoras sanitarias o recibir educación básica. En definitiva, para unirse por sus derechos.

Las mujeres de Sonagachi son famosas por sus iniciativas en esta línea, por coordinar y organizar el sindicato de trabajadoras del sexo, de referencia en toda Asia, o por implementar proyectos capaces de conseguir frenar la proliferación del VIH-SIDA, que se calcula alcanza aquí a un 15% de las mujeres, frente a un 70% en distritos similares de ciudades como Mumbai (Bombay).

Son historias que casi nunca se nos cuentan y sobre las que poco sabemos. Por eso quizás os interese este imprescindible documental, Born into Brothels: Lo que empezó como un reportaje sobre Sonagachi se convirtió en un proceso participativo en el que los propios niños y niñas, hijos de las mujeres que aquí trabajan, cuentan sus vivencias cámara en mano.

Una de las mejores formas de mostrar los rincones ocultos del mundo: darle una cámara a quienes lo habitan.



Este es el trailer, y continuación os lo dejo completo, dividido en fragmentos de 10 minutos cada uno:
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Hay notas para el optimismo, pero quizás en este “Día de los derechos de la mujer” no haya mucho que celebrar en Sonagachi.
Miles de mujeres venderán aquí su dignidad otro día más. Otras cuantas veces. Otro día más. Otras cuantas veces…



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En unas horas viajo a India. No pasaré por Calcuta, pero espero tener muchas cosas que contar a la vuelta :)

Námaste


Recursos interesantes:
- Actividades y recursos didácticos sobre este día
- Más información sobre el 8 de marzo

Contenido relacionado en [La otra agenda]
- Las mujeres y la paz
[+] Sobre género

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