De los 16 hermanos de Benjamín Franklin, Jane es la que más se le parece en cuanto a talento y fuerza de voluntad.
Pero a la edad que Benjamín se marchó de casa para abrirse camino, Jane se casó con un talabartero pobre, que la aceptó sin dote, y 10 meses después dio a luz a su primer hijo.
Desde entonces, durante un cuarto de siglo, Jane tuvo un hijo cada dos años. Algunos niños murieron, y cada muerte le abrió un tajo en el pecho. Los que vivieron exigieron comida, abrigo, instrucción y consuelo. Jane paso noches en vela acunando a los que lloraban, lavó montañas de ropa, bañó montoneras de niños, corrió del mercado a la cocina, fregó torres de platos, enseñó abecedarios y oficios, trabajó codo a codo con su marido en el taller, y atendió a los huéspedes cuyo alquiler ayudaba a llenar la olla. Jane fue esposa devota y viuda ejemplar, y cuando ya estuvieron crecidos sus hijos se hizo cargo de sus propios padres achacosos y de sus hijas solteronas y de sus nietos sin amparo.
Jane jamás conoció el placer de dejarse flotar en un lago, llevada a la deriva por un hilo de cometa, como suele hacer Benjamín a pesar de sus años. Jane nunca tuvo tiempo de pensar, ni se permitió dudar. Benjamín sigue siendo un amante fervoroso, pero Jane ignora que el sexo puede producir algo mas que hijos.
Benjamín, fundador de una nación de inventores, es un gran hombre de todos los tiempos. Jane es una mujer de su tiempo, igual a casi todas las mujeres de todos los tiempos, que ha cumplido su deber en esta tierra y ha expiado su parte de culpa en la maldición bíblica. Ella ha hecho lo posible por no volverse loca y ha buscado, en vano, un poco de silencio.
Su caso carecerá de interés para los historiadores.
Memoria del fuego / Las caras y las máscaras
Eduardo Galeano
13 comentarios:
Este relato de Galeano me ha recordado una canción de Serrat, "Si hagués nascut dona". traducido es "Si hubiera nacido mujer".
Como siempre, muchas gracias.
gracias por este relato, por la tira cómica, gracias por ser hombre y preocuparte por la igualdad. un bico
En estos casos siempre se dice que "detrás de un gran hombre hay una gran mujer".
Ojalá pronto podamos cambiar el orden de las palabras.
Estupendo relato. Gracias también por subirlo y hacer un post tan bello.
Un beso
Se te echaba de menos, compañero, y veo que has entrado con vigor. Te sienta bien mirarte en espejos femeninos. A mí también. Quienes los rompen, no saben lo que pierden. Magnífico post. Un abrazo.
Cierto, el mismo título de Serrat, no me había dado cuenta... Gracias por el enlace. Muy recomendable esa letra también.
Yo sí que os echaba de menos. Es un gusto leeros, por aquí y en vuestros blogs. Sigo teniendo mi RSS un poco atascado, pero he empezado por vosotros/as.
Bienvenido, Carles y felicidades por tu blog. Muy chulo.
Ah, Desesperada, nada de gracias :) La lucha por la igualdad no tiene género ;)
Abrazos,
David
Hola chico bello
Muchas gracias por el post y por recordarnos las palabras del gran Galeano.
¿Sabes que hace poco en un periódico digital hablaban de la precariedad de la mujer en el mundo laboral en España y pusieron una foto en la que salíamos Arancha y yo?. A mi me dió la risa melancólica por protagonizar graficamente y sin querer una verdad como una casa.
Un beso y a ver si nos vemos pronto.
He visto, David, que has hecho un comentario reciente en Maldita canción y he seguido el asunto. Posteo aquí para rescatarlo y porque la temática de fondo (género) me parece la misma -cambiando la edad y las circunstancias de los actores.
Me parece una ¿mejora? en el camino de lo mejorable: como proceso. He escuchado la canción y leído la letra y son duras… NO es lo que quiero, evidentemente. Vale, mirando entonces lo que es y no lo que me gustaría, como re-flexión, veo: en la generación siguiente unas adolescentes haciéndose oír, denunciando y poniendo en marcha un proceso (bravo y a apoyarlo!). Veo un conflicto (arcaico) manejándose dentro de los márgenes de ¿lo tolerable? como re-acción a una canción que es en palabras de Juan Pablo Silvestre “el de mayor número de descargas en la red en España hasta la fecha” (uau…). Desde Masterkas: “El hip-hop es poesía callejera, y la buena poesía, la que canta las "verdades" de la vida, no es violenta. […] Quizá la solución no sea "censurar" a Porta”. Y digo “mejora” porque en la generación anterior cuántas mujeres están saliendo de casa con lo pies por delante, mejora porque la violencia ya existía y existe en la verdad de la vida. Porque Porta está poniendo en letras y melodía (terreno “artístico”: campo de lo simbólico-ficticio) lo que hasta ahora era y es violencia física. Al fin y al cabo es una manera nueva, un escenario nuevo para lo viejo, lo podrido y rel-ac(c)ionarnos con ello sin más mártires. No es posible amputar el síntoma, sólo nos queda atravesar el conflicto como camino.
Mucho más GRAVE: cuando confundimos la realidad con la ficción. La política exterior norteamericana con la guerra de las galaxias, las masacres de los telediarios con películas de serie B, cuando nos inventamos una muerte de “mentirijilas” porque no somos capaces de enfrentar la real….entonces sí que “Houston tenemos un problema”. Mientras tanto, atentos y a-t(i)entas: ¿“play it again, Sam…”? Paso a paso y otro paso más.
Bonito el texto de Galeano. Gracias.
Besos,
Alice.
:D ¡Hola Ney! ¡Qué curioso que os colocaran a Arancha y tú en la foto! Interesante... pero uno no sabe si reirse o patalear con la anécdota que nos cuentas. ¿Qué pensaban del tema tus jefes por allí ;-)?
Como tú dices... a ver si nos vemos pronto. Mientras tanto reparte besos por allí :)
A mí me parece que la Jane del relato es una gran mujer, lo que pasa es que la historia, ni los medios de comunicación, ni las personas sabemos apreciar esa gran labor que es sacar adelante a una familia.
La viñeta dice que la mujer desea igualdad y las mismas oportunidades. Yo estoy absolutamente de acuerdo en lo de tener las mismas oportunidades, pero creo que buscar la igualdad puede ser un error.
Lo que ha sucedido de un tiempo a esta parte, en mi opinión, es que, por aquello de ser iguales que los hombres, ya ninguna mujer quiere ser Jane y los hombres, que nunca hemos querido ser iguales que las mujeres, seguimos queriendo ser Benjamín. Y, los unos por los otros, la casa sin barrer. Es decir, ¿quién se ocupa ahora de criar/educar a los niños? Respuesta: nadie.
Y no digo que tenga que ser la mujer. Lo que digo es que hay que repartirse los papeles, y en ese reparto a veces no hay igualdad, porque es imposible.
Otra búsqueda infructuosa en la llamada paridad de sexos en el trabajo. Esa que sale a colación cuando se publican las estadísticas de que hay más ministros que ministras o más directores que directoras, etc. Y digo yo, ¿por qué tiene que haber el mismo número de hombres que de mujeres en cada profesión? ¿Acaso hay el mismo número de enfermeras que de enfermeros, o de educadoras infantiles que de educadores infantiles? ¿No será que los hombres y las mujeres tienen distintas preferencias profesionales? Lo importante, creo yo, es que ambos sexos tengan igualdad de oportunidades, pero si las mujeres no quieren ser ministras, ¿qué vamos a hacer, obligarlas? ¿sólo porque tiene que haber paridad de sexos?
¡Saludos!
Estoy completamente de acuerdo con contraejemplo, sobre todo en la primera parte de lo que expone. Llevo bastante tiempo dándole vueltas al tema de la familia y, sobre todo, de la educación de los hijos y no hubiera sido capaz de expresarme mejor de lo que lo ha hecho contraejemplo. El problema es que siempre las victimas son los pequeños (que en mi opinión y en algunos casos los catalogaría de desprotección o incluso desamparo legal), los niños-mochila que salen de clase para ir a extraescolares y después a una ludoteca hasta que les recoge, en el mejor de los casos, el padre o la madre a las nueve de la noche para llevarles a casa a dormir. Tengo la sensación de que el concepto de hogar, para bien o para mal, se está diluyendo sin que haya otro "sistema" que lo sustituya.
El texto acertadísimo David.
Ciao!
Completamente de acuerdo con contraejemplo y con mie… completamente… A mí me parece que en occidente se nos está yendo la pinza colectivamente en unas cuantas (por utilizar un eufemismo) cuestiones importantes y no nos damos cuenta. Y una de esas cuestiones es la crianza de los hijos. Me parece una BARBARIDAD que bebés de 4 meses estén en una guardería desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde en casos, como si eso no tuviera consecuencias… Las tiene y muy graves. (Es un tema que conozco y me podría poner a tirar de autores).
Sin embargo, en mi generación, en mi entorno más cercano, percibo ese cuestionamiento y me alegro de encontrármelo igualmente en la red. Conozco mujeres que han renunciado estableciendo prioridades, reflexionándolo con sus parejas, como decisión propia y compartida: desde una cátedra en una universidad a puestos que no permiten excedencias sin perder el rango. Entre bromas y no tan bromas andamos diciendo que de mayor queremos ser mantenidas… No creo que el cuidado de los hijos sea en sí un rol opresivo; opresivo sólo si es el único permitido… Y quiénes pierden… los que menos recursos tienen: los y las pequeñas. Quién mira por sus necesidades… Tampoco tengo tan claro que todos los padres quieran ser Benjamín. Igualmente conozco hombres que han optado por trabajos con más autonomía (y de menor status, sueldo y/o “seguridad”) para poder ir al parque con sus hijos. Uno me comentaba que era el único padre que lo hacía, y que hay niños pequeños que le llaman a él: “papá”.
Es un temón…
Y en cuanto al mundo que queremos construir, tengo la sensación de que hay una tendencia a idealizar lo femenino; el hecho de que por ser mujer –punto- implicase unas cualidades que yo honestamente no las veo implícitas. Un ejemplo: Condoleezza Rice. A mí no me mola nada… y puntúa doble porque además de mujer es negra. Y seguro que como hay gente “pa tó”, alguien me llamaría racista. En fin…
Un placer poder compartir,
Alice.
Gracias a Canalsolidario por destacar este post en su resumen semanal de la blogosfera :) !!
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