Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso.
Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.
Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel.
Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el dibujo pasa.
Didaskó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:
-"¿Son naranjas? ¿Qué frutas son?"
La niña lo hace callar:
-"Ssshhhh".Y en secreto le explica:
-"Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas".
Amares
Eduardo Galeano
6 comentarios:
:)
...*
Gracias por este regalo...
(**)
¡Qué buen estilo! ¡Y cuánta sensibilidad para empezar el día con una nueva mirada! La de los ojos de esos pájaros. Saludos
Gracias por recordar este bonito relato. Cada vez que lo leo me imagino el dibujo... y la emoción del momento...
wow! q bonito yo creo que voy a tener que empezar a contar más con galeano.
http://www.youtube.com/watch?v=yJ3Y8gnDRwM
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