07 marzo 2007

Adiós a Baudrillard

Yo conocí a Baudrillard a mis 19 años, gracias a un peculiar profesor universitario que, a pesar de las opiniones generales en mi universidad, fue de mis favoritos.
Por supuesto no conocí a Baudrillard en persona, pero comencé a leerlo, a pensarlo, a comprenderlo... Y, complementado con otras lecturas obligatorias y trabajos de ese año. Me abrió los ojos.

Su obra es extensa y su pensamiento muy amplio. Yo sólo me quedé en algunas de sus aproximaciones a la “cultura del simulacro”, sus feroces críticas a la sociedad de consumo, sus reflexiones sobre el papel de los medios de comunicación y su construcción (o destrucción) social.
Dice Baudrillard que los medios de comunicación huyen del silencio, deben producir mensajes permanentemente, sin parar. Son ellos quienes traducen y nos interpretan el mundo, construyéndolo a cada momento, enfermos de desmemoria, de seducción, de inmediatez, de mercado. La comunicación es artificio, miente, suplanta a la realidad y se hace pasar por ella hasta el punto en que llegamos a confundirlas.

No se puede resumir tanto en cuatro frases. Desde aquí sólo nos queda sumarnos a los pocos que le dicen adiós. Ayer murió Baudrillard. Los medios ya están a otra cosa.
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